Porteo

Una de mis experiencias fallidas como mami está siendo el porteo.
Jan es un bebé muy grande, pesó 4,450 al nacer (lo sé, lo sé) y, desde entonces, se mantiene en la parte más alta de las curvas de crecimiento. Es genial, da para mucho cachondeo con las tallas de ropa que usa (la de 6m a los 4, por ejemplo) y le encanta a las iaias que nos encontramos, que así pueden hablar de lo hermoso que está.
El problema lo tenemos su padre y yo que nos toca cargar con él. No pasamos fases previas con lo que nuestra espalda y brazos no pudieron adaptarse gradualmente al aumento de peso. Así que, buscando, encontré la solución a nuestros dolores en algo aparentemente genial que encanta a m/padres y bebés: el porteo.
Estando embarazada había comprado una mochila ergonómica ergobaby imaginando paseos con mi bebé ahí metidito que me derretían solo de pensarlo... y resulta que la gente las usaba también en casa!! Para poder hacer algo mientras se tiene al bebé en contacto con nosotros! Me parecía genial, una forma perfecta de terminar con las largas siestas (suyas) sentada en el sofá, cargando con Jan sin hacerme polvo los brazos y amortizando de paso la mochilita (nada barata, para qué negarlo).
Lo que no tuve en cuenta fue El Otro Factor: Jan la odiaba.
Dos veces aceptó estar metido en ella (cargándola su padre, conmigo nanai), un ratito, antes de empezar a llorar como un loco.
Así que en un cajón quedó nuestra maravillosa mochila, pero como cabezona que soy, de vez en cuando la voy probando. Hace un par de semanas conseguí portearle 15 min por casa mientras hacía alguna cosa, pero el logro (y de ahí el rollo de este post) ha sido hoy. En este momento Jan lleva 35 min durmiendo dentro de su mochilita, apoyado en mi pecho, mientras yo trasteo el blog.
No sé si se repetirá -he tenido que dormirlo en brazos y meterlo en la mochila dormido- pero me siento cautelosamente esperanzada.

¿Comenzamos?

Siempre, desde bien jovencita, mi forma de "sacar las cosas" ha sido escribir, siendo muy, muy joven, en diarios (madre mía, qué anticuado suena eso!) y, después, con la aparición de internet, en formato blog. Por lo que no, no soy nueva en este mundillo, aunque este blog sí nace desvinculado de cualquier otra cosa que haya hecho anteriormente. ¿Porqué? Pues porque responde a una necesidad completamente nueva: la de poner palabras a todo lo que está suponiendo la maternidad para mí.

La intención es hablar de mi experiencia, que es totalmente subjetiva y no pretende ser modelo, norma, ni mucho menos la más adecuada. Creo que cada madre hace lo que puede, siempre con la mejor intención.

Además, compartiré recursos, enlaces, informaciones (soy una enferma de la información, alimentar a mi cerebro es mi principal vicio)... cosas que a mí me han resultado interesantes o útiles.